

Yo soy de esos peruanos que no distingue entre martes o domingo cuando se trata de perder el tiempo sobre todo si ya son las nueve de la noche, no hay repe del fútbol y el calor limeño aprieta como si te abrazara un guachimán sudado. Así empezo mi historia con Buffalo King Megaways, o como yo le digo ahora: el juego ese del búfalo que hace más ruido que vaca en mercado de abastos.
Ni siquiera estaba buscando tragamonedas. Estaba dando vueltas en la cama el ventilador sonaba como licuadora vieja y mi gato, el Apolo, me miraba con esa cara de “otra vez, brother no piensas dormir?”. Fue entonces que vi ese ícono gigante en la web del casino: la cara de un búfalo dorado que parecia mirarme como diciendo “acá está la diversion ah”. Y yo bien fresco, acepte el reto con mi saldo de siempre, ese saldo que uno piensa que va a durar hasta Navidad pero que en realidad es más ilusión que promesa electoral.
Para jugar Buffalo King Megaways no necesitas ser ingeniero de la uni. Basicamente eliges tu apuesta, le das al boton verde, y dejas que el show empieze. El juego tiene unos rodillos altotes y una cantidad de lineas que cambian tanto como el precio del pollo. Es decir, a veces tienes dos mil formas de ganar, a veces siete mil, a veces parece que hay más lineas que clientes en chifa de madrugada.
Los simbolos son una mezcla de animales gringos: está el búfalo (que te juro, cuando sale a lo grande, hasta ganas de decirle “gracias, tío” te da), el aguila que parece que va a decirte “gringo go home”, el lobo que siempre sale cuando menos lo esperas y, claro, el puma que nunca he visto en vida real pero acá sale cada rato. Pero el simbolo más chévere, o el más desgraciado, depende como te vaya, es el Scatter: la moneda esa dorada. Cuando te salen cuatro o más, se activa el bono y ahi, hermano, la cosa se vuelve novela turca.
La primera vez que saque el bono, mi gato saltó de la nada y aterrizó justo sobre mi teclado. Casi me muero porque pense que habia perdido el bono, pero no, el juego te espera. Salieron doce tiros gratis. Yo estaba con las manos sudadas y lo juro, si alguien me grababa, me pasaban al WhatsApp de la familia como “el tio nervioso del casino”.
Ahi está la locura de Buffalo King Megaways: durante el bono salen multiplicadores en el carrete del medio. Te cae x3, x5, x7 y de pronto tu ganancia que era para una gaseosa ya parece para un pollo a la brasa completo (sin papas, tampoco tanto). Pero claro asi como sube baja. Ese bono a veces te da, a veces te deja bailando con la más fea.
La verdad es que estrategias no tengo, pero si manias. Pa ser sincero, cada vez que salian tres Scatters, decía en voz alta “¡uno más, uno más, carajo!” como si el juego supiera español de barrio. Me gusta cambiar de apuesta: si siento que no me sale nada en 8 giros, bajo la apuesta; si me emociono porque empiezo a ver bufalitos seguido, la subo, aunque luego me arrepienta.
Hay mañanas en que juro que el juego me escucha. Un día puse mi fono al costado con música de cumbia y, te lo juro, me salió el bono dos veces seguidas. Al dia siguiente intenté repetir pero el búfalo ni me saludó. Asi es esto: pura fe, cero ciencia.
Tengo una cabala: cuando la conexion de internet se pone lenteja, respiro hondo y no le doy giros rapidos. Aprendi eso a las malas porque una vez se me cayo el Wifi justo cuando me caía el mejor multiplicador, y pense que el búfalo me habia hecho vudu. Volvi a entrar y ahi seguia el giro, pero senti que el juego me estaba haciendo pasar roche. Desde entonces, giro lento y si el Apolo maulla mas de lo normal, lo dejo subirse al teclado pa ver si eso cambia la suerte.
Hay que decirlo: hay noches que el búfalo me ha dado para mi refri y otras en que me ha dejado más seco que cancha de voley de colegio. Pero lo bueno es que gane o pierda, siempre termino con una anecdota. Una vez hasta me olvide mi loncherita en la refri porque estaba tan concentrado que ni senti hambre. Es que la adrenalina del Megaways te hace sentir como en pelicula gringa de casino pero en sandalias.
Este juego te agarra por los nervios. Me gusta porque no es la tipica tragamonedas con frutitas aburridas. Aca cada giro es como si le apostaras al clasico, nunca sabes si te cae la gran sorpresa. Eso sí te prometo que vas a ver más bufalos virtuales que vacas reales en la Carretera Central. A veces el bonus es mezquino, otras generoso, pero siempre el corazon late más fuerte cuando salen esos tres primeros Scatters y esperas el cuarto como si fuera tu DNI nuevo.
En resumen Buffalo King Megaways es mi forma favorita de hacerle el “abandona Lima sin salir de casa”. Entre el calor, el gato, el ventilador viejo y el búfalo ese, termine volviendome fan sin querer. Y sé que hay noches en que me va a ir bien, otras me va a castigar el saldo, pero igual ahí estaré, con una chela fria, esperando al bendito bono, bufalo style.
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